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Tobi y los chicos malos del oeste



sábado, 24 de julio de 2010

Las tres muertes de Robert Capa






A diferencia de Melquiades Estrada, Robert Capa si murió tres veces.
Para los no iniciados diré que algunos de ustedes lo conocen como el autor de la fotografía más famosa de la guerra civil española, La muerte de un miliciano. En realidad al que conocen es a Andre Friedmann, un judío húngaro que murió al pisar una mina del vietminh en una trocha en el delta del río rojo un 25 de Mayo de 1954 mientras acompañaba a una patrulla francesa luego del desastre de Dienbienphu.

Robert Capa en realidad fue un personaje ficticio, un fotógrafo americano, creado por Andre y su compañera, la fotógrafa alemana Gerta Pohorylle conocida en la historia como Gerda Taro con la finalidad de publicar las fotos de ambos y hacerse famosos. Así fue como, llegada la guerra civil española, Andre fue apropiándose de Robert y un día Setiembre del 36 muere, en el Cerro Murino, por primera vez Capa atravezado por la bala de la mentira. Me refiero a la supuesta muerte de Federico Borrell García. Una muerte recreada e irreal que hizo historia como una de las mejores fotografías de guerra y que lanzaron a la fama a Andre Friedmann y lo convirtieron para siempre en el legendario Robert Capa.
Un año después moría en el frente de Brunete la otra parte del alma de Robert Capa. Gerda Taro, aplastada por un tanque republicano en retirada el 26 de Julio de 1937.
Ahora solamente sobrevivía un Robert Capa y para probarlo Andre debía fotografiar arte y realidad. La realidad ya se imponía en sus imágenes en el frente de Madrid y en el cerco de Bilbao. Luego, desaparecida Gerda, sus fotos documentan la agonía y la muerte en la batalla de Teruel, la retirada de Chiang Kai-shek ante el invasor nipón en Julio de 1938 para luego inmortalizar la imagen emblemática de un miliciano internacional con el puño derecho en la mejilla mirando el cielo de una Barcelona que les dice adios. Luego vinieron fotos del frente en África del norte, Sicilia, Anzio y Monte Cassino hasta la más famosa, tocando con su lente la muerte y la realidad.
Fue el 6 de Junio de 1944. Robert Capa desembarca con la primera oleada en la más sangrienta de las playas de Normandía, Omaha beach y logra captar el caos del combate en dos imágenes geniales. Mirando atrás, en la cara de un soldado avanzando y arrastrandose en la orilla y mirando adelante, con un pelotón tratando de alcanzar la playa en la bruma de la mañana del día D. Ambas fotos están definitívamente fuera de foco pero no por torpeza sino porque retratan de adentro la realidad.
Muchas fotos siguieron, todas buenas y algunas geniales. Muchas de guerra pero otras, como la de Pablo Picasso sosteniendo una sombrilla a una bella Françoise Gilot o un Gene Kelly ingrávido en su danza magistral, atestiguan del genio del artista de la cámara fotográfica. Todas ellas nos acompañan a su destino y muerte final.

Alberto

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