Sálvese quien pueda

Tobi y los chicos malos del oeste



jueves, 29 de julio de 2010

UNA FIESTA SIN FRAUDE

UNA FIESTA SIN FRAUDE



Está muy bien, Alberto, que expreses abiertamente tu posición antitaurina y hasta que celebres el inicio del ocaso de las corridas de toros en Cataluña. Llevas la voz cantante de muchos, pues los aficionados a los toros somos una minoría en vías de extinción.

Cierto que la tauromaquia es lo más reminiscente del circo romano en la civilización moderna; que es un espectáculo cruento (¡cómo negarlo!); que, como la denominas, es una pelea "asimétrica", pues se le hace un cargamontón de hombres y caballos al pobre toro, quien sólo cuenta con sus cuernos y es, después de todo, un participante involuntario (por lo menos "no consultado" para la lidia). Voy más allá: para muchos antitaurinos no puede haber arte cuando un hombre vestido con sedas y bordados brillantes a la usanza del siglo XVIII hace piruetas, que muchos encuentran afeminadas, ante un animal que, por contraste, es la figura del macho bravío y sin afeites. Luis Miguel Dominguín, un torero inteligente, sobrio y escueto --si los hubo-- un día declaró a la prensa antes de su retiro de los ruedos que por fin iba a "dejar de ir a trabajar con unas ridículas medias rosadas".

Sobran los argumentos críticos para los que ven en las corridas de toros un espectáculo anacrónico y sádico. Con razonamientos no se puede rebatir la validez de esos cuestionamientos. Pero es que el ser humano también actúa movido por el sentimiento, por la pasión, ¡por la afición!
Hay buenos ejemplos: la religión no tiene nada de racional, y el amor apasionado tampoco. Tengo amigos muy inteligentes que creen en el Dios antropomorfo y barbado de las Escrituras judeocristianas, que flota entre las estrellas husmeando en todos nuestros pensamientos, palabras y obras, y conozco a muchos que han amado hasta el delirio a unas inmerecidas almas, sin que la razón hubiera triunfado en señalarles caminos más convenientes y menos dolorosos.

Y hablando del amor, alguien dijo que "el amor más sincero es el amor por la comida". Claro que se puede subsistir, como los anacoretas, comiendo hierbas crudas y granos, pero –¡ay, el gusto!—, muchos preferimos una buena langosta por más que en su preparación se haya sumergido al crustáceo aún vivo en una olla con agua hirviente. Y los chefs más atentos aseguran que al contacto con los borbotones se pueden oír los chillidos agudos de esos mismos mariscos que al poco rato ornarán nuestra mesa y deleitarán nuestro paladar. Que yo sepa no muchos antitaurinos, fieles a su ternura por los animales, han elegido la senda vegetariana para subsistir. El toro que muere en la plaza también sirve para el yantar y, previo descuartizamiento, se convierte en filetes, verdad que algo fibrosos por la calidad muscular muy firme predominante en estos animales nacidos y criados para pelear. Si desaparece la Fiesta también desaparecerían estos bellos ejemplares de fuerza y fiereza, pues son productos artificiales, consecuencia de una zootecnia con una manipulación genética muy cuidadosa que selecciona la bravura de las vaquillas y los sementales.

Muy bien, dirás tú como antitaurino, entonces al desaparecer el toro de lidia de la faz de la Tierra ya no comeremos la carne fibrosa de esos animales-gladiadores, y te contentarás con la carne de ternera, la cual es muy blanda porque a esos cuadrúpedos se les mantiene inmóviles, encajonados por varios años, para atrofiarles los músculos y así lograr el lomo blando que te encanta.
Ni tú ni yo pensamos como toros –¡ni como vacas!— pero te prometo que de reencarnarme en mi próxima vida en un bovino, mil veces preferiría pelear por 15 ó 20 minutos en un ruedo y hasta poder despanzurrar al de las medias rosadas, tras haber vivido engreído como una niña bonita por cuatro años en la dehesa, antes que permanecer inmóvil encajonado –y encojonado— por tres años para morir anónimamente en el camal, electrocutado por el carnicero, y que me comiese algún antitaurino gourmet.

Por eso, mi amigo antitaurino, a poner en remojo tus barbas tan sensibles al sufrimiento de los toros de lidia, y a denunciar también a los polleros industriales que mantienen despiertos a estos animales con luz artificial durante la noche para engordarlos lo más pronto posible antes de que vaya a tu plato acompañado de papas fritas.
También denuncia las peleas de box –ahora que hay hasta mujeres metidas en ese negocio— por los millones de neuronas humanas destruidas en cada uppercut, y ni qué decir a los cazadores de safaris y a los que practican la pesca deportiva y que torturan a los pobres peces que ni se los comen y los disecan como trofeos.

Todos estos razonamientos obviamente que son discutibles per secula seculorum y que su aceptación o rechazo dependerá de los sesgos idiosincráticos de cada quien. Lo que no es aceptable es que unos se erijan en los árbitros de la moral, de la bondad y del buen gusto y que pretendan prevalecer sobre quienes discrepen de ellos.

De algo sí te puedo corregir con certeza, y es el llamarle “fraude” a la fiesta de los toros. Cierto que en una época se recurrió al “afeitado” (en los años 40 y 50), que era el recorte de los pitones del toro, y hasta se acusaba a los ganaderos y apoderados de golpear a los animales para debilitarlos antes de salir a la plaza, de echarles vaselina en los ojos para cegarlos, y otras patrañas. Hoy por hoy está reglamentado en todas la plazas de toros que un veterinario examine a la res antes y después de la lidia, y es virtualmente imposible recurrir a esas manipulaciones ventajistas, a menos que la mayoría de esos profesionales fuesen sobornables. Pero ni falta hace dudar, pues la integridad de los toros se ve en la plaza y, por cierto, cuando cornean hacen daño. Y, a menos que los humanos mujan con eficiencia o que los toros hablen nuestro idioma, no puede haber un entendimiento entre las partes, y el tongo que existe en el boxeo y en muchos otros deportes o espectáculos es inconcebible en la tauromaquia. No hay fraude cuando se enfrentan dos seres armados para dirimir los alcances de la fuerza bruta y la fiereza contra la inteligencia y la gracia.

Seguramente que esos catalanes separatistas, fóbicos a todo lo que suene o huela a español, no abogarán por la erradicación de todas esas otras actividades más crueles y cobardes que la tauromaquia –la pesca deportiva, por ejemplo, que se practica a mansalva (o sea “a mano segura”, sin mayor riesgo)—, y que no tendrán empacho en celebrar su victoria en una buena mesa barcelonesa servida con langosta a la Termidor y unos medallones de ternera como plato de fondo, bien rociado con el cava ancestral.

Eso de que la cornada es un error del humano lo decían los toreros pioneros de a pie (Romero, Pepe-Illo y Costillares) del siglo XVIII, y es que en su época el toreo era defensivo: mucha técnica, agilidad y sin procura de la estética. El asunto era matar a la fiera de un estoconazo luego de tres o cuatro trapazos para cuadrarla. Hoy el toreo es de brazos, y el ejecutante debe dejar los pies quietos en la arena, y, pues, la cornada puede sorprender hasta al más sabio lidiador quien jamás podrá prever que el toro se le cuele de sorpresa a mitad del pase. El toreo moderno ha devenido más plasticidad que lucha, por más que tauromaquia signifique “pelea con los toros”, que los gringos traducen literalmente: bullfighting.

Cuando les echas flores a los catalanes y asocias su disgusto por las corridas al hecho de que son “más intelectuales y sofisticados” que el resto de los españoles, estás ofendiendo la memoria de los Picasso, los Lorca y los Dalí (catalán este último), y los extranjeros Hemingway y Orson Wells, apasionados todos ellos de la Fiesta. Y cuando mencionas que tu padre era un aficionado a los toros, y unos párrafos más abajo afirmas que una gran mayoría de los asistentes a las corridas lo hacen por lograr una descarga adrenalínica y por sadismo, supongo –y espero-- que no opinas de tu progenitor como uno de ellos sino como el miembro de una minoría que podía deleitarse –que tenía el derecho a deleitarse-- con la estética de la lidia. Como creo que es el caso mío también y de otros tantos, merecidamente indignados por la vulneración de nuestra libertad.


Ignacio

3 comentarios:

  1. Hoy leí un articulo periodístico acerca de una encuesta hecha en España con un resultado muy interesante, segun esta encuesta al 60% de los españoles no les agrada las corridas de toros curiosamente y a pesar de este rechazo el 57% no cree que deban prohibirse estas por considerar que son una señal de identidad nacional ¡Que cojudez¡ Mal que bien creo que al fin la madre patria está recapacitando; ahora será Cataluña ¡Mañana el resto!.... Como muy bien lo expresa Paty , Cataluña es una comunidad autónoma conformada en su mayoría por una mezcla de etnias de origen fenicio,griegos y judios ¿Acaso estas etnias no son inteligentes? Los fenicios fueron una de las civilizaciones antiguas más fascinantes, los griegos son la cuna de la civilización occidental y los judios, puedes aceptarlos o rechazarlos,pero nadie podrá nunca negar que son una raza indoblegable, habil y de inteligencia superior; para muestra un botón: Albert Eisntein,Freud,Kafka,los filósofos Wittgenstein y Eric Fromm, Nils Bohr,y si esto es poco tenemos nada menos que al judio más habil : "Jesus Christ Superstar" que fué tan habil que se hizo reconocer como un dios y su culto se encuentra extendido en todo el planeta ¿Que tal ? ¿Son o no son inteligentes los judios? Por lo tanto decir que los catalanes han cometido esta barbarie por que después de todo descienden de estas etnias, es un argumento a favor de ellos y no en contra. Pero volviendo al tema central : Las corridas de toros , Ignacio y Paty conocen mi posición respecto a ellas sin embargo hay una invitación provocativa para que entre en este debate así que ahí voy :Considero que las corridas de toros son un rezago de primitivos y sangrientos espectaculos, tales como el circo romano y las ejecuciones públicas; con estos tambien el populacho se enardecía y apasionaba.....estoy convencida que si mis queridos primos hubieran vivido en tiempos del imperio romano, tendrían su abono asegurado en el coliseo cada temporada, casi puedo visualizar a Ignacio alabando el arte, la destreza, y la valentía de tal o cuál gladiador ¿y por que no? tambien de algún infelíz cristianito que tuviera suficiente suerte o agilidad para esquivar a brincos a un par de leoncitos antes de ser devorado por estos..¡Eso es arte carajo..!

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  2. Volviendo a las corridas de toros voy a tratar de hacer una descripción de los personajes y lo que acontece en ellas:
    1° El mataor (sujeto feminoide de mallitas rosa)
    2° El picaor (sujeto montado en un pobre jamelgo)
    3° Los banderilleros (rosquetes menores con mallita rosa que usan banderillas)
    4° El respetable (público conformado por personas de espiritu sensible y compasívo)
    5° El torito (victima ignorante y en desventaja que terminará en la parrilla)
    Estos son los personajes ahora voy a describir cuál es el papel que desempeña cada uno de estos personajes en una soleada tarde taurina:
    1°El picaor: Entra al ruedo una vez que el mataor ya tasó bien al torito y vió que está muy fuerte,le da indicaciones al picaor escondído tras la barrera,entonces entra el picaor montado en su triste jamelgo forrado hasta el ojete (esto no garantiza de que no sea destripado,me refiero al caballo por supuesto)y armado de filuda lanza se encarga de agujerear bien el lomo del toro, pa' que "se le quite el brío" que se dice, (aparentemente esto es muy importante para proteger la integridad y las partes púdicas del valiente mataor, pués si este se ve enfrentado a un torito integro y con todo su vigor la cosa se le pone color de hormiga , por que es segúro que el torito se lo lleva de encuentro con todo y mallitas.
    2°Entran dando brinquitos los banderilleros(rosquetes de menor importancia que el mataor pero que tambien usan mallitas)provistos de gruesos y filudos garfios de desagradable aspecto pero que han sido bellamente decorados y forrados con papelitos multicolores!Lindooooo... detalle! que encanta al sensible público, mientras tanto el séquito de mallitas rosa se desplaza a gran velocidad cuál moscardones frente al torito que no sabe a quien embestir , aprovechando la confusión del pobre toro que no atina a cuál de los rosquetes brincadores debe achuntar estos aprovechan la confusión para agujerearle el lomo repetidamente y sin tregua, con los garfios(banderillas)

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  3. OJO:Detalle de importancia : mientras más agujereado este el toro con banderillas es mejor, se dice entonces que el torito "está adornado" yo quisiera ver cuantos de estos maricas querrían que les adorne el lomo; llegados a este punto "el respetable" está en extasis y apunto de alcanzar un orgasmo, ya están listos para la entrada del mataor.
    Hace su entrada triunfal "er mataor" rosquete mayor de mallitas rosa y trajecito de brillos al cuete, dícese que expone la vida frente a la bestia ¿Cuál expone? ¿Y cuál bestia? si ya solo queda medio toro por lo herido y desangrado que está, sin contar que tiene un sequito dispuesto a salvarle el pellejo en cuanto perciban que el torito a apuntado bien a los cojones del mataor.
    El púbico ruge enardecido cada que el de las mallitas sacude el trapo frente al medio toro que queda , esto, si al pobre animal aún le queda algo de fuerza para embestir, el mataor podrá lucirse.... se acerca "la hora de la verdad", si el toro es afortunado morirá a la primera estocada de lo contrario sufrirá una muerte lenta y dolorosa soportando que la espada atraviese su lomito hasta el corazón repetidas veces hasta que muera,la sangre brota a borbotones por la boca y las fosas nasales del torito, lentamente se ahoga con su propia sangre.. a veces queda un soplo de vida en el pobre torito y lo terminan de rematar con una daga "puntillazo" que se dice.
    El respetable alcanzA el orgasmo máximo y brama :ole,oleeeeeeee, si el respetable está de humor y considera que el de la mallita rosa la hizo bonita exige un apéndice del cadaver del toro , dependen lo que se pida orejas o rabito, ¡Pero que tales hijos de p.......! no satisfechos con la tortura del toro exijen se humille y se veje su cadaver.......!
    Felízmente este espectáculo sádico es repudiado por la mayoría de los jovenes y está condenado a desaparecer como las atrocidades del pasado.....
    Antes de terminar quiero contestar un cuestionamientoque hizo Ignacio aludiendo a los deportes violentos Nos pregunta:¿Por que no nos horrorizamos del boxeo, vale todo y demás deportes violentos? Muy simple: por que a diferencia del toreo estos si son equítativos y se desarrolla entre 2 seres iguales y en iguales condiciones,ambos lo deciden conciente y voluntariamente.... Punto
    Por último una frase que cae al pelo:
    "La grandeza de los pueblos se mide de acuerdo al trato que le dan a sus ancianos, sus niños y a los animales"
    ¡VIVA EL TORITO CARAJO..!

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