Sálvese quien pueda

Tobi y los chicos malos del oeste



jueves, 12 de agosto de 2010

ACLARACION

El título de mi último artículo debió decir "El voto de castidad debería ser voluntario" en vez de "La castidad debería ser voluntaria." Reconozco que hubo ambiguedad.

Obviamente el ejercicio de la castidad siempre tiene un carácter voluntario, a menos que haya un estupro de por medio.

Castidad: pureza Igual raíz que para castizo y casta
Estupro: Copular de forma ilícita (generalmente con un(a) menor)

La diferencia sutil está entre castidad y celibato.

Celibato significa simplemente soltería. Alguien puede ser célibe pero no casto. Por eso muchos curas prefieren decir que observan el celibato (lo cual es cierto porque no se casan), pero no son necesariamente castos porque copulan con hembra fornicadora o con niño inocente.
En cambio es más difícil ser casto sin ser célibe, como en el caso de unos pacientes míos que están casados por más de veinte años (no son célibes), pero nunca han copulado, por mutuo acuerdo, o sea que son castos. Rara mezcla.

Creo que el voto de castidad debería ser voluntario, por lo menos en el clero secular, como lo es el voto de pobreza (que en las órdenes regulares es obligatorio).

Aquí necesitamos con urgencia a un miembro del clero para dilucidar estas nociones.

Aló, Benja, ¿estás por ahí?




Ignacio

miércoles, 11 de agosto de 2010

La Castidad debería ser voluntaria, dice Ignacio

Y lo es. La castidad es voluntaria, salvo claro la del pobre monaguillo quien pierde la virginidad a manos, valga el eufemismo, del sacerdote que prefiere la sodomía.

Lo que la Iglesia no permite tanto a sacerdotes como a feligreses es fornicar, esto es, realizar el acto sexual fuera de matrimonio bendecido por una sucursal del Vaticano. Además el matrimonio está permitido en el rito griego de la Iglesia Católica y Romana. Y los miembros casados del clero Anglicano o Episcopal, si deciden abandonar la tutoría de H. M. son recibidos con familia y todo en el equipo que capitanea hoy día Herr Ratzinger. De ahí el truco y la trampa que el Vaticano les presenta a los curas homosexuales. No se les discrimina por su orientación sexual mientras permanezcan castos ya que la Iglesia Católica no reconoce el matrimonio entre homosexuales.

Por otra parte la Iglesia no presta atención si el cura, quien hoy día viste la mayor de las veces de seglar y no se peina con tonsura, se dedica a donar su esperma en el mercado formal o informal del amor carnal heterosexual y consensual mientras la cosa se haga con discreción.


El problema, insisto, no es cuestión de votos de castidad en este siglo ni en el cambalache, problemático y febril del que nos vio nacer. El problema, en la voz del cantor de Jocotenango es:


El problema no es que duela,

el problema es que me gusta.


El problema no es el daño,

el problema son las huellas.


El problema no es lo que haces,

el problema es que lo olvido.


El problema no es que digas,

el problema es lo que callas.






Pero eso es historia antigua ya que, a diferencia de antaño en que ser miembro del clero era un escape a un peor y más pobre destino, la mayoría de los pocos que hoy día se asimilan a las huestes de Cristo lo hacen persiguiendo, unos, el grial de justicia social que la Teología de la Liberación promete y, otros, ese misticismo que apunta al Camino de Escrivá Albas.


Alberto


LA CASTIDAD DEBERIA SER VOLUNTARIA

Siguiendo el planteamiento de opciones múltiples en el análisis de la pederastia en el clero, aquí va mi opinión:

A) El voto de castidad.

Creo que debe ser voluntario, como un sacrificio ofrecido a Dios, algo así como el voto de pobreza, que sólo ata a los monjes de ciertas órdenes mas no a los sacerdotes diocesanos, es decir a los curas seglares.
Imponer el voto de castidad es antinatural, y puede funcionar para los santos (una gran minoría, por cierto) y para los asexuados (otra minoría). Los sacerdotes de una sexualidad normal y que hicieron el voto de castidad al ordenarse, por lo general terminan violando esa promesa, lo cual confirma que más tiran tetas que carretas... o que los votos antinaturales no son realistas (aun hechos con sinceridad, por lo general en una fase de inmadurez emocional cuando el joven confundido "escucha" el llamado del Señor y es captado por el clero, ávido de vocaciones).

B) Demasiados curas homosexuales

No conozco estadísticas al respecto, pero sé que meterse con la religión es inconveniente cuando uno es un investigador dispuesto a buscar la verdad y difundirla. Sé de estudios no publicados que sugieren una mayor patología sexual entre los miembros del clero (impotencia, fetichismo, pedofilia y homosexualidad, aunque a esta última, la Asociación Psiquiátrica Americana la ha bendecido como una opción "normal" de la sexualidad en ambos géneros, y tal decisión ha sido muy festejada por las organizaciones gay en todo el mundo).
Es lógico suponer que un joven que se siente culpable por sus tendencias homosexuales decida entrar al clero como una manera de mantener "controlados" sus impulsos. Claro que la cosa, por lo general, falla, y las víctimas son los chicos monaguillos... y esto nos lleva al siguiente punto:

C) El homosexual tiende a la pedofilia

Pareciera que el homosexual masculino es más proclive a la pedofilia que las lesbianas, y la razón sería que la testosterona es mucho más agresiva que los estrógenos y el sentido de urgencia sexual tiene que satisfacerse ¡Ya!, y muchas veces lo más a la mano, lo más socorrido, es el chiquillo prepuberal que ayuda en el altar. Hay individuos no homosexuales que, en casos de urgencia sexual y de no disponibilidad de una pareja del sexo opuesto, transan por un chico de 9 a 11 años, cuando todavía es lampiño y habla en un tono alto, y la testosterona no le ha masculinizado la finura de sus facciones todavía. Es decir, el chico es atractivo "como una mujer" para el pedófilo ocasional que no consigue pareja. Seguramente que muchos curas "pedófilos" elegirían una mujer en caso de tenerla disponible. El monaguillo siempre lo está, con su campanita en la mano para "sonar" más sexy y su hábito con bobitos para "verse" más sexy.

D) La costumbre de la Iglesia a ignorar y encubrir los casos de abuso sexual.

¿Y qué quieres, que publique los casos de pedofilia? Entiendo que los encubra y que esos casos queden como asuntos internos para evitar el desprestigio de la institución. Lo criticable es que "ignore" o, mejor, subestime los casos de abuso sexual y se contente con enviar al cura transgresor a un centro de rehabilitación de dudosa eficacia y que después vuelva a poner al gato de despensero en otra parroquia o diócesis.

El problema es complejo, y creo que la solución parcial está, como decía al comienzo, en modificar el voto de castidad y hacerlo voluntario. Así, los curas podrían tener una pareja sin necesidad de ocultarla, como en otras religiones.



Ignacio

martes, 10 de agosto de 2010

La hipocresías anticlericales

Un comentario a las fotos del cura apócrifo, se dispara peligrosamente al escándalo que sigue sacudiendo a la Iglesia Católica; el de los curas pederastas.


Si el 80 % de los abusos sexuales fueron contra niños varones por sacerdotes.


¿ Cual es el problema ?


A: El voto de castidad

B: Demasiados curas homosexuales

C: El homosexual tiende a la pedofilia.

D: La costumbre de la Iglesia a ignorar y encubrir los casos de abuso sexual.

E: All of the above


Un comentario:


A: Alguien por ahí decía que de las perversiones sexuales, la peor era la castidad.

Pero sé de curas que se iban de putas. Otros con fama de pícaros y enamorados y mantenían mujeres en sus parroquias. Hipócritas como muchos enamorados infieles mas no criminales.


B y C: Para nadie es secreto que la presencia de homosexuales en las filas de religiosos y religiosas es mayor que en la población general. Pero, si bien el término « pederasta» incluye tanto al homosexual masculino como al pedófilo, la mayoría de homosexuales no abusan sexualmente a menores de edad.


D: Ese es el verdadero pecado de la jerarquía religiosa. La de ignorar y encubrir por muchos años el abuso que sucedía en sus parroquias.


Sin embargo cuando se ataca a la Iglesia muchos, por afinidad política o filosófica, ignoran lo obvio, que ocho de cada diez de esas violaciones involucra sexo anal homosexual. Un tema políticamente incorrecto en estos tiempos e incómodo a la ideología liberal.


¿ Será que al opinar sobre estos temas expresamos nuestros prejuicios y antipatías ?


Alberto

lunes, 9 de agosto de 2010

LOS ARDIDES DE MEFISTOFELES

No os confieis del que posa en la foto precedente, disfrazado con una vestimenta episcopal de un color grana chillon y ofensivo, como las mismisimas llamaradas del fuego dantesco.
Jugarretas del Maligno.

Mirad los rostros terribles de sus demonios acompanantes: tres se sonrien cachacientamente para engatusar a las pobres almas candidas con una fingida y feliz validacion de la ceremonia de Ordenacion de este diablo; y dos exhiben unas caras mas bien sombrias que pretenden ser solemnes. Se trata de un ritual maquiavelico en una sucursal serrana del averno.
Miradle los ojos aviesos al diablo impostor y reparad en su barbita cochinera que desprende chispas de azufre.

Que no os sorprendan, hermanos en la fe, y corred a la primera parroquia que encontreis y aunque hallareis al parroco oficiando felacion liturgica a un monaguillo de 9 anos, coged el hisopo de la sacristia y con el realizad 7 aspersiones ante esta maldita representacion de un demonio disfrazado de cura, una por cada uno de los pecados capitales.

Recemos todos juntos el rosario y loemos al Altisimo para que con su infinito amor y poder inserte virus letales en las computadoras de todo aquel que crea en la santidad del fementido enmascarado.

Ignacio, a nombre de don Tomas de Torquemada, Sacerdote de la Orden Dominicana, Confesor de S.M. Isabel La Catolica y Director de la Santisima Inquisicion

PD) Entre los ardides de este malevolo diablo esta su poder de evitar que les pusiera sus acentos en donde les corresponden a las palabras de este mensaje de advertencia, y es que lo he escrito, por la urgencia del tiempo, con un teclado en ingles. Amen.

Inquisidor Blasfemo


Fuego Eterno para Fray Ignacio, Inquisidor blasfemo !.

La ordenación tuvo lugar ante una nutrida cantidad de bien nutridos feligreses en la Provincia de Concepción, seguida de una recepción en la Casona Ugarte y con presencia del Sr. Alcalde. En los libros aparece: Noviembre 01 del año 2004 del Señor.

De lo que doy cuenta a vuesa merced para su conocimiento y otros fines que estime convenientes.

EL ANTICRISTO


¡Ya tengo la prueba de la llegada del Anticristo!

Si observan la foto de arriba verán, con el mismo estupor que me causó a mí, a un falso sacerdote haciendo mofa del Sacramento de la Confesión.
Para los que conformamos esta cofradía intolerante que debe su nombre a nuestro mentor espiritual, Reverendo Tomás de Torquemada, este caso nos repugna, pero, a la vez, cumple un papel modélico para expresar nuestra censura y condenar a este hereje al fuego purificador de nuestra hoguera siempre alerta para detectar a los pecadores.

Como comprenderán, aquí hay un pecadote mortal, y, a menos que el supuesto confesor se confiese con un sacerdote de verdad, se irá de cabeza al reino de Belcebú. Sin embargo, aun confesándose, la ofensa a la Santa Iglesia Católica y Romana es tan descomunal, que el perverso no se salvará del purgatorio en la otra vida, ni de la pira inquisitorial en ésta.

En un ambiente lúgubre y pobretón, con humedad que descascara la pared y unos cuadros desvencijados, este pecardozuelo de pacotilla se apoya, irreverente y con displicencia en el gesto, en la pared del confesionario y simula escuchar los pecados de su cómplice en el mal, quien, justamente avergonzada, esconde su rostro con una mano ante el fotógrafo. Son, por lo menos, tres pecadores que tendrán que responder de su infame traición ante la Santa Madre Iglesia, representada por nosotros sus implacables guardianes y capitostes.

Propongo a los otros miembros de esta Santa Inquisición que el falso cura y la falsa pecadora que finge confesarse, ardan en la hoguera previo derecho a confesarse (esta vez de verdad) ante un cura real. Y para el fotógrafo, indigno cómplice de los condenados, propongo que se le extraigan las uñas y los dientes, uno por uno con un alicate, y sin el beneficio paliativo de la anestesia.


Ignacio, Inquisidor Titular y discípulo del Reverendo don Tomás de Torquemada, Sacerdote de la Orden Dominicana.

domingo, 8 de agosto de 2010

Iglesias, castillos y locuras.




El comentario anónimo a una de mis entrada en este blog me empuja a este relato.

Hace ya algunos años, luego de haber pernoctado Munich y una dosis abundante de cerveza Bávara nos dirigimos al sur y en dirección de los Alpes suizos por una pequeña carretera que atraviesa una campiña matizada por pequeñas aldeas, castillos y palacios construidos por Ludwig II, el rey demente de Baviera. En su época, este personaje de dudosa sexualidad se enamoró perdidamente de la obra de Richard Wagner, y el rumor dice que del autor también. En su demencia Ludwig inició la construcción del castillo de Neuschawnstein. Muchos reconocen este edificio como el castillo del cuento de la Bella Durmiente, imagen que Disney popularizó en sus parques temáticos. Pero en realidad el “ cisne nuevo de piedra “ es un santuario a los ideales que hipócritamente Wagner ensalzaba en sus óperas Tannhauser y Lohengrin. En 1886, 14 millones de marcos en deuda, Ludwig fue depuesto y declarado loco. Tres días después, en circunstancias aun oscuras, se ahogaba en la playa del lago Starnberg.

La tarde que llegamos al pie de la colina de ese castillo quedé impresionado por lo imponente del edificio y la belleza de los bosques y las montañas que lo rodeaban. Subimos la pequeña montaña y esperamos pacientemente - entre los cientos de visitantes teutones que guardaban disciplinadamente su lugar en las colas de entrada - a la tour en inglés. El guía nos explicó no sólo los secretos del castillo sino las circunstancias del lugar. De acuerdo a esa historia, Ludwig fue depuesto entre muchas razones, por el costo de sus excéntricos proyectos que amenazaban con bancarrota estatal. Hoy día el gobierno de Baviera recauda una fortuna con el importe que genera el millón trescientos mil turistas que lo visitan anualmente, seis millones de Euros en 2004.

Esa noche salimos en dirección del lago Constance y la frontera suiza para pasar la noche en Chur y el día siguiente bebiendo más cerveza frente al Matterhorn, un imponente pico alpino que me recordó al Artesonraju en Caraz. Pero eso no viene al caso...al menos por ahora.


Alberto

sábado, 7 de agosto de 2010

Pintas en Barcelona y Buenos Aires


De
Alberto

EL EJEMPLO SUIZO

Leyendo el artículo de Miguel uno no hace sino confirmar el nivel cultural de nuestra gente.
Difícilmente uno verá pintas en el Partenón o en Stonehenge, por dos motivos: primero, porque hay un mayor civismo, que se mama en la casa y se respira en el aire; y segundo, porque hay un mayor celo en la custodia de los monumentos nacionales –y, ni se diga, si éstos son patrimonio de la Humanidad— y, también, porque existen unos castigos ejemplares para quienes vandalicen esos santuarios históricos.

A manera de anécdota les contaré que en cierto cantón suizo, el respeto por el prójimo llega al extremo de prohibir el uso del water –o excusado, o taza, o toilette, o inodoro (palabra tonta esta última, pues significa “sin olor” y denomina a uno de los objetos que más huelen, que hieden)— después de las 10 de la noche en los edificios residenciales, para no importunar a los vecinos con el ruido de la caca siendo deglutida por uno de esos aparatos.

No sólo eso, sino que por las calles hay múltiples carretillas en donde se expende periódicos, cigarrillos y otros artículos menores, y las cuales no están atendidas por sus dueños. Para facilitar la operación comercial, en estas carretillas hay una caja llena de monedas y el usuario saca su cambio tras pagar con un billete.

No hay que ser muy suspicaz para suponer que en el Perú --y probablemente en cualquier otra parte del mundo que no sea Suiza-- cargarían hasta con la carretilla entera. Y es que ser tan escrupulosamente honrado, por lo menos para la mentalidad criolla, equivale a ser tonto.
Por eso, al conocer esta costumbre, un compatriota perucho comentó:

-- ¡Qué honrados los suizos, pero qué cojudos!



Ignacio

Patrimonio Incultural

Miguel C.

Recientemente y con motivo de Fiestas Patrias 2010, me dirigí a Ayacucho, que aún estaba en mi lista de lugares no conocidos. Indudablemente, el interés priorizaba el Campo de Batalla de Pampa de Quinua, en donde la historia nos dice que se libró la batalla final por nuestra Independencia aunque los ayacuchanos dicen que esta sucedió en Colpahuayco y que en la pampa solo se firmó la Capitulación (dicho sea de paso, una Capitulación en la todos los artículos con excepción de uno fueron a favor de los realistas, a pesar que los realistas “perdieron”). También otros lugares de interés como Vilcashuamán, Wari, Pomacochas Intihuatana donde se puede sentir nuestra historia y la perseverancia de un alicaído INC que hace esfuerzos para desarrollar el trabajo arqueológico mientras que la naturaleza, la falta de recursos, los malhechores y la falta de conocimiento hacen lo contrario.
No podemos ocultar que somos un pueblo inculto. Una de las demostraciones de educación es el respeto que podemos demostrar. Al legado de nuestros antepasados, los monumentos, el prójimo, la propiedad privada y demás etcéteras. Da mucha pena que cuando uno viaja al interior del país saltan algunas evidencias:




En las fotos de arriba señalo con flechas en la representación que existe en la parte posterior del monumento a los vencedores de Ayacucho en Pampa de Quinua, las mutilaciones que han practicado resucitados verdugos del siglo XX. Amputaciones y decapitaciones que no han sido curadas con Yodo sino con pintura negra.

Las autoridades no escapan de este problema, ya que a vista y paciencia de ellas, -con su consentimiento-, hacen uso de estas reliquias para lo que en ganas les venga, como por ejemplo, utilizar de tribunas el templo al Sol y La Luna en Vilcashuamán con el subsecuente deterioro de las estructuras.




Hace no mucho, hubo un escándalo periodístico por unos extranjeros que pintaron unas piedras en Cusco. Sería porque se trataba del Cusco o porque se trataba de chilenos? No he escuchado ni leído nada de pintas en la mismísima Plaza de Armas de Vilcashuamán como abajo demuestro. Será porque se trata de connacionales o ignorantes o porque es un pueblo que los Apus ya olvidaron?




Será que la única alternativa para ordenarnos sea la pena de muerte, como lo fue en al antigüo?

Los Rosarios de Miguel

A modo de aclaración

La respuesta de mi amigo SJ es la de un oficial situado en el Comando Conjunto de La Compañía acuartelado en la otra ribera del Tiber con responsabilidad operacional de las huestes del otro Ignacio al sur del río Bravo. Una llamada de atención, para los que recuerdan “The Mission” , del Padre Gabriel a Rodrigo Mendoza. Usando la jerga milico-americana, B. Le dice a M. que está AWOL y por sus comentarios, FUBAR.

Si bien B. Tiene razón al anotar que M. , a quien reconoce de tiempos compartidos bajo la garúa en los patios de La Colmena, «Mira pero no ve». A Miguel no le falta razón al hacer notar que siendo Huamanga una ciudad famosa por sus 37 on 33 iglesias, este tesoro histórico no sea compartido, y en cierta manera despreciado, con la humanidad. No se trata de hacer de templos mercados pero, si como anota Benja, las necesidades de los feligreses son grandes, una fuente de ingresos está siendo desperdiciada.

La verdad es esquiva y equívoca.

Alberto

Héroes o sicarios

Ante la barbarie expuesta por el legionario Millán Astray se alzó la voz clara del filósofo Miguel de Unamuno que, rodeado de opositores, les encaró con un « Vencereís pero no convencereís » Este confrontamiento ocurrió un 12 de Octubre de 1936. Tres meses después, bajo arresto por su atrevimiento, moría Unamuno. Pasarían cuarenta años antes de que su profecía se hiciera realidad.

En el Perú el baile chicha y macabro de la victoria les duró mucho menos. Todavía se escucha el ruido y las recriminaciones de aquellos que protestan por la persecución política y judicial a que son sometidos. Hoy día las cabezas del triunvirato de entonces se encuentran en desgracia. Pocos son los que defienden a Hermoza y a Montesinos pero el caso de Alberto Fujimori, a pesar de su encarcelamiento, sigue abierto hasta el punto de ser el motivo principal, y en opinión de muchos, único, que sustenta la posibilidad que su hija llegue a ser la primera mujer presidente del Perú.
En este laberinto de pasiones e ingratitudes la única defensa de Fujimori es su inocencia en los sucesos de Barrios Altos y La Cantuta. Este argumento marca la diferencia con los dictadores chilenos y argentinos de los años setenta quienes orgullosamente sostienen haber cumplido su deber patriótico eliminando a quienes consideraban sus enemigos.
La diferencia que puede explicar este divorcio reside, en mi opinión, en que a diferencia de Videla y Pinochet, Alberto Fujimori fue elegido en tres oportunidades de manera democrática a la presidencia de la república. Él no sólo era el jefe de estado, era el primer representante de la nación. Sus acciones fueron refrendadas en dos oportunidades por una mayoría electoral y por lo tanto esa mayoría comparte la responsabilidad de sus decisiones. Esa mayoría no justifica los sucesos de Barrios Altos y La Cantuta. ¿ Por qué ? Ustedes dirán.

En este ir y venir en la marea de la opinión pública Alberto Fujimori ha ido eliminando habilmente el lastre del lado oscuro de su gobierno. En las próximas elecciones presidenciales sabremos si además de vencedor en la guerra contra el terrorismo senderista, logrará convencer
y escribir definitívamente en la historia del Perú los adjetivos que sus seguidores reconocen en él.

Alberto

¡ Protestó ! Le responde un SJ a Miguel C

 
Hola Alberto: Un saludo y contesto a tu correo y se lo puedes pasar al exalumno de la 66
Benja
 
1. Informacion jesuitas ayacucho: te reenvio este correo que envie el 31 de julio con algunos videos; ademas puede entrar a la web de los jesuitas:
video:http://www.jesuitasperu.org/multimedia-videos.php?pagenum=2 
web: www.jesuitasperu.org
 
2. En cuanto a horarios de atencion de las Iglesias, segun mi experiencia, años anteriores, podrá haber sus variantes hoy, son diversos por motivos religiosos, eclesiales y sociales, fundamentalmente.
 
1. Si bien es verdad que Huamanga tiene tradicionalmente sus 33 templos, eso no significa que todos esten atendidos, salvo algunos que son parroquias, o templos donde los fieles acuden, si estan en el centro de la ciudad, que tiene su movimiento como bien sabes. Y son los que desde el punto de vista histórico y artístico colonial, la gente que va de visita quiere visitar por motivos obvios. Ojalá llegará pronto el dia que eso sea posible y que requiere apoyo no solo ya hoy, sino desde ayer.
 
Es muy importante dimensionar y promover el desarrollo y pacificacion desde lo cultural, artístico, desde el patrimonio de nuestros pueblos-
 
2. Y  falta atencion precisamente porque faltan sacerdotes, la gran mayoría son ancianos, y los jóvenes ademas de la atencion pastoral sacramental tambien atienden colegios, escuelas, hospital carcel, etc. y no se dan abasto.  Los seminaristas, unos 20 creo, se estan formando desde hace cuatro años en el Seminario de Huancayo, juntamente con seminaristas de Huancayo, Tarma, San Ramón y Huánuco, que conforman esta region de sierra central.
 
Y todo ello responde a un Plan Pastoral de la Arquidiócesis de Ayacucho que lo puede ver en la web de la Arquidiócesis de Ayacucho: http://www.arquidiocesisdeayacucho.org/
 
3. Cada parroquia de Huamanga tiene también o le pertenece a ella una zona rural, fuera de Huamanga, por tanto el párroco o su vicario mas joven, tienen que desplazarse para ir a esos sitios mas lejanos y de mayor necesidad, durante la semana o fines de semana, y la mayoria no cuenta con movilidad propia por falta de recursos.
 
4. Normalmente los templos e Iglesias estan abiertos en horarios de celebraciones de misas, que como bien sabes, suelen ser a horas tempranas de la mañana, o por las tardes o noches, segun las posibilidades de las personas que allí viven.
 
5. En la Compañía se abre en las mañanas, para la misa de 7.00 a.m., luego entiendo a partir de las 9.30 a.m., para atender c
onfesiones y consultas pastorales, y se celebra la misa de 12.00. Y es así porque allí solo hay dos jesuitas, dedicados tambien o conjuntamente a otros ministerios pastorales. Sentimos y nos duele no poder atender mas y mejor como la poblacion ayacuchana necesita y se merece.
 
6. Otro factor es el social, de seguridad, pues precisamente por no contar con recursos para ello, han habido y siguen habiendo, muchos robos a Iglesias (Compañía, Santo Domingo,  San Francisco, Paula, etc )  y Monasterios (Santa Teresa y San Francisco de Borja, Santa Clara ) de arte religioso colonial, y esto con policias delante, incluida la Catedral, pues hay organizaciones que hacen pedidos expresos, vinculados con gente de mucho peso en Lima y extranjero. Si en Lima muchas iglesias o parroquias (Miraflores, San Isidro, San Borja, La Molina, Surco, Barranco, etc etc) cuentan con personal y sistemas de seguridad, para evitar robos a personas o algo más.  
 
Recuerdo que en mi tiempo hubo varios robos al Templo de Santa Teresa (al lado está el Monasterio de religiosas carmelitas de clausura) y por cierto uno de los mas bonitos de Huamanga, o hasta el mejor creo, busqué ayuda, entre ellos a exalumnos, y se publicó en los boletines de ASIA; solo uno respondió por escrito, lo invité a venir, envió a su adjunto para que vea la situacion y haga un informe más técnico, este exalumno tenia su empresa de seguridad, se que buscó ayuda en gente de su promocion para que de alguna manera apoye, pero luego hasta hoy, nada.
 
7. Ciertamente es lamentable la situación, y ojalá este exalumno de la 66 se anime a apoyar de alguna manera. Entiendo y comprendo que ha querido visitar como es natural y me parece muy bien que haya ido, y lamento no haya podido ver lo que hubiese deseado, pero creo que hace falta ampliar la mirada e ir al fondo de la situacion, como entiendo pretende esta informacion que pides y le vas a enviar.
8. Y sobre todo espero que se anime a colaborar, como tu muy bien dices y haces, con la Iglesia ayacuchana, no solo para el cuidado de los templos, sino sobre todo para el cuidado y atención de los pobres y olvidados, los templos vivos de Ayacucho.
 
Y como bien sabes para ayudar a esta iglesia no hace falta necesariamente ir a Ayacucho, pues desde Lima o donde viva puede ofrecer sus servicios profesionales en la medida de sus posibilidaees o algo más conforme a nuestra formacion ignaciana. Y podria tambien hacer ver a su familia y amigos cercanos, esta otra realidad de nuestro Perú.
 
Ya sabes que trato de ser claro y directo, y espero entienda bien, que le agradezco su critica constructiva y sentida, pero lo animo sobre todo a ir más allá. esto sucede precisamente por el olvido de los pobres del Perú, o o verlos y juszgarlos desde nuestra mirada mas limeña, con lo valioso que tiene y lo no tan valioso que tambien tiene.
 
Bueno, contigo siempre se puede conversar así de claro y con plena confianza.
 
Ya ves donde tengo mi corazón y espero volver a esas tierras.
Muchas gracias nuevamente
Benja
El 7 de agosto de 2010 02:14, Juan Arrisueno escribió:
Benja:
Un amigo ex alumno de la 66 acaba de regresar de Ayacucho y critica el hecho de que de tantas iglesias que hay en la ciudad, todas ellas, con excepción de la catedral andan siempre cerradas. A mi me consta, habiendo escuchado misa en ella, que la Compañía abre en las mañanas. Quisiera responderle respondiéndole no solamente en lo referente a lo de la apertura de los edificios sino sobre la apertura de La Iglesia a los problemas de la sociedad Ayacuchana. Para ello te rogaría que me enviaras información específica de la labor que ustedes los Jesuitas realizan en Huamanga y en otras partes de Ayacucho.
Un abrazo
Alberto

viernes, 6 de agosto de 2010

Ya No Quiero Rezar

Hoy no les voy a contar que los ayacuchanos me contaron que Cipriani, “boquita de caramelo” se llevó su plata que les quitó con el cuento que iba a restaurar los templos, ni que sustrajo valiosísimos objetos para “darles mantenimiento” y que nunca regresaron a su lugar y hasta ahora siguen esperando. No. Chismoso no soy. Se trata de otra cosa.
De mi última visita a la ciudad de Huamanga o Ayacucho (Fiestas Patrias, 2010), llamóme la atención la cantidad de Iglesias que esa ciudad alberga: 37. Indudablemente uno de los atractivos turísticos de esta ciudad, aún no restablecida de una época de horror. Religiosidad exagerada? Huachafería autóctona? Turismo religioso? Ciudad sagrada? Ni cerca. El común denominador de estos sacros inmuebles es…. las puertas cerradas.
“Orden del Arzobispado, patrón.”
Cuando alguien me pregunta si soy católico les respondo: “tengo carnet pero no estoy al día en mis cuotas”. Aun así me asiste el derecho al pataleo y a criticar a la institución de la que –ahora mas que antes- dudo si sigo perteneciendo.
Como somos un pueblo sufrido, no tenemos la oportunidad siquiera de orar en un templo pues todos, léase bien, TODOS los templos están cerrados por orden de arriba (El de bien arriba no creo que esté de acuerdo). O sea, hablando claro y pronto, estos “templos” no sirven para nada. Ni para orar. Si acaso un pío ciudadano de este mundo necesitara de la gracia de Dios Todopoderoso para venializar algún pecadote y no ir a purgar condena al Báratro donde habita Belcebú, tendría que arreglárselas en un bar o a la sombra de algún molle. Luego, dónde están los curas?, qué hacen?.
Dicen que hay reliquias en su interior. Puede ser cierto como que no, ¡cómo saberlo!. No es posible conocer ninguno de los 37 dizque templos que hay. Perdón, hay dos excepciones: Una es La Catedral, que se abre en cualquier momento entre las 1830 y las 1900 y se cierra a las 1930, pero en penumbras. Una luz mortecina la asemeja a las catacumbas. Prohibido tomar fotografías y filmar dice el letrero a la entrada. No escribieron “prohibido mirar” porque no es necesario: hay tan poca luz que no se ve nada. Es de suponer que el negocio está en vender las estampitas en donde debe ser visible el interior, lo que había y “lo que queda”. La otra es la Iglesia de Santa Teresa, de unas monjas de clausura que no se las ve pero que hacen cositas para vender. Múltiples cositas. Para comer, para tomar, para ver, para guardar, para adorar y para idolatrar. Pero no se equivoquen: la Iglesia no está abierta. Lo que está abierto es la tienda en donde venden todos estos trebejos.
Para qué tiene la Iglesia Católica los templos en Ayacucho?. Si no sirven para los oficios de Dios por lo menos que sirvan para el turismo que llevará fotos a otro país y será una propaganda de nuestra tierra y nuestras reliquias. Por eso desde aquí propongo se expropie todos los templos católicos y se les entregue al INC, a PromPerú o alguna institución particular para que tengan utilidad. Para turismo (museo), conciertos o conferencias. Demasiado grande la responsabilidad para el clero que en Administración tiene “cero”, aunque en Finanzas sacó “veinte”.

Miguel C.

COLINA: ¿HEROES O ASESINOS?

El artículo de Alberto, Heredarás el viento, nos invita a una serie de reflexiones de carácter histórico general, sobre las cuales ya se ha comentado, pero quiero incidir en algo polémico que atañe muy de cerca a nuestro país.

La paz se reconstruye según las reglas del vencedor después de la guerra, y los genocidas y otros criminales de lesa humanidad nunca han sido los ejércitos triunfantes sino los perdedores. Así fue siempre desde los orígenes de la guerra, es decir, desde el mismo amanecer de esos seres conflictivos, los humanos, para quienes la acción bélica ha sido y sigue siendo ingénita a su naturaleza.

En el Perú, sin embargo, el deslinde de responsabilidades no ha sido similar al ocurrido en otras latitudes, donde "los buenos" ganaron y "los malos" perdieron, y punto, sin que hubiera habido un husmeo retrospectivo de las acciones --¡de los vencedores!-- al calor de la refriega. Así, pues, tras la --¿temporal?-- derrota de Sendero Luminoso, varios miembros del Ejército, que reprimieron a los sediciosos y los vencieron, fueron condenados por sus procedimientos heterodoxos durante la lucha sin cuartel en que se convirtió el país desde los años ochenta hasta mediados de los noventa.

Se trató de una guerra no convencional entre unas guerrillas armadas y las fuerzas oficiales y organizadas de la defensa nacional, con el añadido de que, si bien es cierto que Sendero Luminoso contaba con el apoyo financiero internacional, la lucha fue entre compatriotas, es decir una pugna entre connacionales, una guerra civil.

El objetivo de Sendero Luminoso era la captura del poder mediante la acción de unas milicias fanatizadas para instaurar un gobierno comunista de corte maoísta. Estos luchadores fueron, en su mayoría, hombres provincianos de las clases menos favorecidas y que asumieron su papel de redentores por una sociedad más justa. Eran una ínfima minoría numérica y, por tanto, no podían haberse enfrentado a un ejército profesional sin ser diezmados al instante. Entonces, recurrieron a la estrategia de las guerrillas –rurales y urbanas— que consistía en ataques sorpresivos, muchas veces dirigidos a la población general sin un blanco específico. El terrorismo es precisamente eso: el uso del terror como arma de lucha con el objetivo final de la captura del poder. Y eso hubiera podido ocurrir a medida que se hacía más poderoso el movimiento rebelde luego de despertar conciencia de clase entre las mayorías más pobres. Hay, pues, una justificación histórica para su actuar violento, pero no para ejercer una violencia indiscriminada. Toda revolución importante ha hecho uso de la violencia, pero no se ha valido, necesariamente, del terrorismo. Los asesinatos masivos de los bolcheviques, de los maoístas y de los castristas, fueron más bien selectivos. Es decir, en vez de explotar una bomba en un barrio residencial y de matar niños y ancianos, esos movimientos rebeldes atacaban cuarteles y mataban a políticos y militares, o a cualquier opositor en la praxis o la ideología.

Salvando las enormes distancias, los invasores chilenos en la Guerra del Pacífico nunca consideraron a las guerrillas del general Andres A. Cáceres como un ejército regular y esa fue su justificación para los repases de los heridos en los campos de batalla y los fusilamientos de los sobrevivientes indemnes durante la campaña de La Breña. Para los peruanos, sin embargo, esas guerrillas de la resistencia, constituidas en su mayoría por civiles en armas, no uniformados, se tuvieron por heroicas, y es que se trataba de una contienda internacional en la cual el enemigo vino de otro país a ocupar el nuestro. Muy diferente fue la guerra civil que originó Sendero Luminoso.

Contrariamente a lo que suele ocurrir después de las guerras, como decíamos al comienzo --es decir que los vencedores son "los buenos", aunque hubieran cometido genocidio, y los perdedores son "los malos"--, en el Peru ocurrió recientemente que una fracción de los militares victoriosos fueron juzgados y condenados por delitos de lesa humanidad. Se trató del grupo Colina, constituido por militares en activo, quienes, usando información de la Inteligencia gubernamental, se encargaron de detectar y eliminar --sin la intervención de la justicia institucional-- a unos sospechosos de terrorismo en Los Barrios Altos y en la Universidad de La Cantuta.

Y aquí viene el quid del asunto. Los terroristan recurrieron a la guerra sucia asesinando a sus víctimas selectivamente en unos casos, pero indiscriminadamente en otros. Mataron a muchos civiles inocentes con sus bombardeos al azar para intimidar –aterrorizar— a la población.

Cuando el grupo Colina recurrió a la modalidad de eliminación selectiva de los sospechosos de terrorismo, se les acusó de un delito de lesa humanidad y fueron juzgados y condenados. La justificación de quienes condenaron a esos militares fue que, a diferencia de los terroristas, que usaron métodos crueles y recurrieron al asesinato, los representantes del Estado –se supone que civilizado— no debieron haber utilizado los mismos recursos de exterminio. Es decir, debieron pelear con guante blanco y respetando las leyes de la guerra contra enemigos casi invisibles que atacaban por sorpresa. Ciertas agencias internacionales de orientación izquierdista apoyaron esta manera de ver las cosas.

Hay otros, sin embargo, que opinan que los militares del Colina les dieron a probar a los guerrilleros de su misma medicina --es decir, justifican la guerra sucia en ambos bandos-- y que una vez muerto el perro se acabó la rabia.

A estos últimos preocupa que, de haber un rebrote del terrorismo, entonces muchos militares tendrían una comprensible renuencia para reprimir a los sublevados, pues nadie les podría garantizar en dónde termina su responsabilidad antes, durante y después del combate, por más que se atuviesen a las órdenes de la superioridad. Igual que sus jefes, que son quienes dan las órdenes, los militares de rango inferior también podrían ser juzgados como criminales de guerra. Ya hay un precedente.

Este es un tema que se presta al debate.

¿Ustedes que opinan?



Ignacio

La estocada final de un amigo

Mate mático, Alberto.
Por si acaso, el mático es una planta de la familia de las Piperáceas, originaria de América Meridional, cuyas hojas contienen un aceite esencial aromático y balsámico, que se usa interior y exteriormente como astringente.

La topología, como el logos griego no son lugares por donde me paseo gustoso. Pero es buena para justificar el realismo puro y duro, el pragmatismo, la postura del tío Sam en sus guerras y por supuesto dar mates por KO técnico o siguiendo con el mático: para “mecer” a la opinión pública. Yo como soy un inexistencialista, transcurro por otros mundos; como el de la geometría por ejemplo, donde una roca de granito si puede encerrar el aire, tal como se puede comprobar en mi escultura a la puerta del Instituto ... y con la anuencia de sus integrantes, algunos premios Nobel incluidos.
Otra prueba es la escultura de ... en la universidad de ...., cuya foto mandé en un correo anterior. Allí el mármol no solo contiene el aire, también una persona con su corazón palpitante incluido.

Me temo que tu tio Sam y camaradas tendrán que taparse la nariz o dejar de alardear con la libertad que es lo mejor que saben hacer.

A mi no me gusta Shing Tung Yau, ni los mates. Pero puedo ofrecerte un maravilloso te verde, el Pai Mu Tan, que además es blanco! para desesperación de Shing y los lógicos y que de remate llegaba puntual a la mesa del mandarín, transportado con la humedad intacta y porción adecuada, encerrado en el aire más recóndito de una muchacha.

Cuando quieras
* No se divulga el nombre para protejer al inocente.

Y mi respuesta a la respuesta a mi otra respuesta de mi amigo

La respuesta, según Shing Tung Yau, no está en la geometría sino en la Topología. En ella tu esfera es igual a mi triángulo pero nunca a un círculo inconcluso.
Lo que diga o publique Times es cuestión de esa revista. La coartada es el barniz añadido a la figura, pero la figura no cambia como tampoco cambia su naturaleza de plastelina si la modelas en la forma de una esfera o de un triángulo. En tu idioma « pre - conciente » de escultor una roca de marmol encierra por igual a una Piedad como a un David pero nunca el aire.
Si un islamita quiere imponer su versión de la Sharia en las montañas de Argelia degollando a quienes están en desacuerdo con ella, es cuestión de ellos y Beau Geste nada tiene que ver en esa fiesta. De la misma manera si la mayoría de sobrinos del tío Sam y muchos del tío Tom no quieren oler pezuñas musulmanas en su vecindad en violación de los dictados puritanos de estilo, pues que se le va a hacer. Ese es nuestro punto de vista... Jaque ¿ Mate ?

Alberto

La respuesta a Alberto

Ya sabemos de las intransigencias del Islam y su diferencia con las otras religiones. Pero nadie tiene derecho a rescatar a otro mientras no sea invitado y aún así con mucho cuidado. Es el mismo pueblo afgano o egipcio el que tiene que optar por sus cambios, revelarse contra sus autoridades, etc.
A mi me parece muy bien que en Europa occidental se prohíban las ablaciones, pero solo a menores de edad; porque si una mujer adulta quiere hacerlo esta en su derecho. O que el rostro descubierto, sin burka, sea necesario en tiempos de inseguridad terrorista, pero lo de prohibir el pañuelo por los franceses, es una necedad. Admiro el valor contestatario de Aisha , como la eficiente y rocambolesca acción que la asociación Woman for Afghan Woman despliega para rescatarla y ayudarla en su reconstrucción; ojala eso se hiciera sin tener que derramar mas sangre. Creo firmemente que esto último es posible si en lugar de poner balas ponemos neuronas.
La barbarie talibán , que ya mutilaba a mujeres y  hombres desde sus inicios o cuando el ejercito invasor era el soviético, nunca le importó al Times como para darle una portada.  Entonces eran sus aliados. Ahora se usa de pretexto para justificar su interesada intromisión redentora, justo cuando al resto del mundo se le acaba la paciencia. Aisha solo sirve a su coartada humanitaria.

Que la ciudad de Nueva York necesite o no una mezquita no lo decidimos ni tu ni yo, sino ese suculento meltig pot que la conforma así como los principios mas luminosos de su constitución.

Suponiendo que nos pongamos de acuerdo en la palabra evolución es claro que, en el apretado mundo de las ideas religiosas, los principios no cambian a riesgo de perder estas su nombre. Pero los dioses y los hombres si evolucionamos, como lo demuestra el Dios de la Biblia y el Nuevo Testamento o los descendientes de los cruzados (Con excepción de los que ya sabemos). Y los musulmanes de las Mil y una Noches no tienen nada que ver con la mayoría de hoy, aunque esto podría ser una involución, o un giro en 180 grados al estilo de tu amigo italiano.

jueves, 5 de agosto de 2010

Mi respuesta a mi amigo respondón

Amigo:

El origen del terrorismo islámico es su rechazo a los valores que tu defiendes. El fundamentalismo islámico resiente el llamado secularismo humanista occidental. Valores como la dignidad e igualdad de la mujer a la que somete hasta el punto de reducirla a la calidad de sierva, útil sólo para la satisfacción de su dueño y si se rebela, se le lapida. El Islam no concede, es una religión que no ha evolucionado y no acepta cuestionamientos.
Nueva York no necesita una Mezquita. Mecca y Medina si necesitan personas como tu pero anda a ver que te sucedería si te asomas vestido a lo Sir Richard Burton por esos lugares.

Alberto

Una respuesta respondona

Un amigo a quien respeto, me responde:



Otra victoria como esta y estamos perdidos, le dice J. Joyce al Bomber Harris.

Si la moral o la justificación depende del vencedor de una guerra, estamos hechos. Solo es concebible una moral dentro de un contexto civilizado y las guerras no lo son. Por eso tiene razón Le May cuando afirma que no hay guerras justas, porque estas se realizan en un nivel de prehumana estatura moral donde solo la supervivencia cuenta y la justicia, entendida en el orden de la dignidad humana, le es totalmente desconocida e incomprensible. Por eso los amantes del poder, los militares y demás cultivadores de la fuerza bruta –para no morirse de vergüenza- se tienen que inventar consignas patrióticas, libertarias o justicieras, como tristes eufemismos; caricaturas de los más altos ideales de patria, justicia o libertad. Habrán quienes defiendan la cruel economía de la naturaleza como última justificación de las soluciones armadas, o de prevención o defensa, rebajando a su enemigo a la condición de bestia, rayo o cualquier cosa incómoda. Yo prefiero, con Teilhard de Chardin, la opción del hombre redimido o la quevediana carne estremecida y sacudirme un poco de lo que nos queda de molusco.
Si levantar monumentos a seres humanos ya me parece una impostura, levantárselos a los que hacen ‘el trabajo sucio’ me parece una pringosa estupidez. Yo no se lo levantaría ni a Harris, ni al “Barón Rojo”, ni a nadie que haga de nuestras miserias un deporte de competencia o venganza.
¿Tan mal estamos que no podemos, después de tanta sangre y horror milenario, resolver nuestros problemas de otra manera? -Tan mal estamos. ¿Entonces? Únete al vencedor que no puedes derrotar y hazle un monumento a tu ignominia. O, a riesgo de ser acuchillado como Gandhi, sé esclavo de la Paz, “Schantidás” decía él; y busca ser parte de ese reducido mundo, como la semilla de mostaza, en el que se gesta la única vida que merece la pena de ser vivida. Aunque afuera griten las barras bravas sus consignas e himnos nacionales.

¿Hubiera sido “más inmoral no prevenir”? ¿Quién puede saberlo?. Quiero creer que existen maneras menos idiotas de prevención que, como los dioses superiores, permitan un espacio para el ejercicio de la mejor libertad de los hombres. Triste me parece el apodo de “Carnicero” (Butcher o ‘Butch’) que sus propios compañeros le pusieron a Harris, así como la sinceridad de Le May de saberse a fin de cuentas criminal o genocida. Pero mas triste me parece aceptar el juego de las armas por aquellos que ofrecen su servicio a esa forma de resolver las cosas. ¿Llegará el día que nadie quiera ir a un partido de fútbol con un cuchillo? ¿O que nadie quiera ser soldado?. Eso espero. Mientras tanto, podrá soportarse pero no exaltarse la necedad humana.

Perdóname Alberto, pero yo si estoy de acuerdo con la valiente decisión del alcalde y los votantes que lo acompañan para aceptar la mezquita cerca del Ground Zero. Me niego a igualar la acción de unos enloquecidos fanáticos con el Islam. Consecuentes con la “corrección” que reclaman los que se oponen, habría que demoler todas las iglesias de Montpelier o Estambul, así como los colegios donde a algún curita se le fue la mano.
Las extrapolaciones solo sirven para desinformar o para justificar oscuras intenciones; como lo hace esa abstrusa carátula del Times, donde una pobre víctima mutilada entre las decenas que se dan desde siempre en el mundo islámico, se usa para justificar una agresión a todas luces inútil y abusiva. Fraguada en cabezas como la del vengativo “Bomber”. Y en la tampoco inocente intransigencia con “el distinto”



...como bien lo muestra este dibujo de Ungerer a propósito de la guerra del Vietnam.
¿Es que nunca aprenderán?

Insisto en que la labor de Wikileaks, de admirable obscenidad, sirve para ayudar a mostrar las vergüenzas de los descendientes de Harris y Le May de siempre.

Respuesta a Norela (Una fiesta sin fraude)

Norela:

Comprendo tu apasionamiento cuando se trata de denostar a las corridas de toros, pues sé que eres amante de los animales en general y eso revela tu buen corazón. Por eso también trato de comprender tus sentimientos encontrados cuando te comes a cualquiera de esos seres que han tenido vida y que, una vez muertos, pasan desde tu boquita de caramelo hasta tu sigmoides para expelerlos a pujos.
Creo que los únicos honestos amantes de los animales son aquéllos que renuncian –literalmente— a vivir de ellos. Vida por vida. Pero surgiría un problema con los vegetarianos: hay investigaciones que demuestran que las plantas son sensitivas y hasta algunos experimentos apuntan en el sentido de que son perceptivas y que reconocen a los malvados que las pisotean o que arrancan sus hojas. Tampoco habría que comer a esos seres vivos. Sólo sal y agua.

El toro nace para ser comido o para ser uncido y labrar la tierra. ¡Qué destino tan cruel ése de arrastrar el arado año tras año, en días de frío o de calor! O el de ser encajonado por años, como los terneros, para atrofiarles los músculos y poder comerlos blanditos. El toro de lidia vive a cuerpo de rey por cuatro años, libérrimo y bien alimentado en la dehesa, para pelear veinte minutos en la plaza. Habría que ser un toro para saber qué es preferible en términos de dolor y sufrimiento.

No te puedo discutir que la tauromaquia es un rito bárbaro. Es tan cruel como la naturaleza misma, en donde todo es lucha por la supervivencia y en donde el juego consiste en comerse los unos a los otros.

¿Que yo hubiera sido un asistente al circo romano? Quizás. Pero ver morir a dos hombres me toca más que la sangre de un toro. Eso mismo me ocurre cuando veo una pelea de box y uno de los púgiles cae fulminado a la lona. Cierto que ha ido voluntariamente a su sacrificio, pero eso no quita la mayor piedad que siento por sus neuronas muertas a la que tengo por el arrastre del toro. Cuando veo a Mohammed Alí muerto en vida por los golpes recibidos siento una tristeza que nunca he sentido luego de haberme comido un churrasco del mismo bovino que vi en la plaza el día anterior.

Las corridas de toros van a desaparecer, pero no será en mi tiempo de vida, y eso me consuela. Mientras, te confieso que admiro la estampa y la bravura de esos animales gladiadores que salen a la arena a matar y morir en una cruenta re-edición estética de lo que es la naturaleza, de lo que es la vida misma, con o sin civilización.



Ignacio

miércoles, 4 de agosto de 2010

Heredarás el viento




En Diciembre de 1940, en pleno Blitz de Londres, Arthur “ Bomber” Harris, luego Mariscal del Aire de la RAF, observando el incendio que consumía gran parte de la capital de Gran Bretaña hizo el siguiente comentario - ” La última vez que Londres ardió fue en 1666… bien, están sembrando el viento “ Tres años después, la noche del 27 de Julio, ochocientos bombarderos bajo su comando lanzaron un ataque incendiario sobre Hamburgo dentro de la llamada Operación Gomorrah. Esa noche las bombas incendiarias británicas desataron una tormenta térmica que consumió el oxígeno de varios vecindarios de la ciudad causando la muerte de cuarenta mil pobladores de Hamburgo. Niños, ancianos y mujeres murieron ahogados y envenenados por monóxido de carbono en los refugios antiaéreos o carbonizados fuera de ellos.
En total “Gomorrah” consistió en cuatro ataques nocturnos británicos dirigidos a la destrucción de la ciudad y sus habitantes más dos ataques diurnos a cargo del octavo Ejercito del Aire de los EE.UU. dirigidos contra las industrias e instalaciones portuarias de esa ciudad Hanseática. En total cerca de cincuenta mil civiles alemanes murieron como resultado de esa operación.
Luego vendrían Dresden, el trece y quince de Febrero de 1945 con 25,000 civiles asfixiados o carbonizados. Tokyo, el 9 de Marzo de 1945, con un estimado de 100,000 civiles muertos para terminar con Hiroshima y Nagasaki.

¿ Cual era la finalidad de estos ataques ? Tanto Harris como luego Curtis LeMay fueron claros en su estrategia. La finalidad era aterrorizar a la población civil para lograr una victoria temprana con el menor número de bajas en sus ejércitos. Robert McNamara contaba en sus memorias que LeMay le había comentado, que de haber ellos perdido la guerra, esperaba haber sido condenado como criminal de guerra y genocida. Si bien los actos que llevaron a cabo eran inmorales, la responsabilidad de no haber prevenido la muerte de aquellos que combatían bajo su mando hubiera sido un acto sido más inmoral.
Dicho de otra manera, el terrorismo, en la opinión de muchos, tiene justificación si logra sus cometidos.
En el caso de la Alemania Nazi, no lo lograron ya que el fanatismo de sus gobernantes no permitió un cambio de su política. En el caso de los británicos, al inicio de la guerra, el blitz logró lo opuesto, mayor resolución y el pago con la misma moneda. Hirohito, por otro lado, ante la tragedia de sus súbditos, prefirió rendirse que inmolarse con su pueblo como le exigían sus militares.

Hoy día la cultura occidental de la que, querámoslo o no, somos parte se enfrenta al ataque de sus enemigos quienes en nombre de una religión intransigente utilizan actos de terrorismo para alcanzar sus objetivos ideológicos. Salvo en el caso de la España de Rodriguez Zapatero, no han logrado sus objetivos.

Al final, como decía LeMay, no hay guerras justas y los actos que en ellas se cometen no se miden en grados de moralidad. La responsabilidad del guerrero es vencer y lograr la supervivencia de su tribu. Es un imperativo que supera el ámbito de lo ético y moral pero que al final reconoce qué, por ese mismo motivo, la responsabilidad histórica de lo sucedido no se puede ignorar.

Hoy día se discute en los EE.UU. La construcción de una mezquita en las cercanías del lugar donde se erigía el World Trade Center. Aquellos que se oponen consideran este acto como un insulto a la memoria de los casi tres mil civiles que murieron en los ataques del 11 de Setiembre del 2001. Los que apoyan ese proyecto lo consideran como un intento de acercar ambas culturas en un lugar dedicado a la tolerancia de diversas religiones y filosofías.
Regresando a la figura de “Bomber” Harris. A pesar de las protestas provenientes de Alemania, al Mariscal se le erigió una estatua en Londres en la que se reconoce la inmensa deuda que tiene su pueblo con él. Construir una estatua similar en Hamburgo como muestra de tolerancia entre los enemigos de ayer hubiera sido un imposible.

En este asunto de la mezquita neoyorquina le doy la razón a los que se oponen a su construcción. Mi postura es intolerante contra una religión rehén del extremismo.

En lo referente a los “Wikileaks” la controversia es sobre la efectividad o no de persistir batallando en Afganistán en el conflicto contra el terrorismo islámico. Por ello en ambos campos uno encuentra progresistas y conservadores defendiendo o criticando la política actual en ese país y en Paquistán.

Alberto

martes, 3 de agosto de 2010

LOCUMBA Y... "LOCUMBETA"

De vez en cuando aparece en el horizonte nacional algún loquito iluminado con complejo mesiánico y cuyas acciones, por lo general, son, por decir lo menos, controversiales.

En 1930, un comandante del Ejército, piurano y mocho de tres dedos de la mano izquierda (perdidos en una refriega politiquera), de temperamento rebelde y belicoso, se levantó en armas contra el gobierno de Augusto B. Leguía con un solo batallón de soldados, en el hipódromo de Porongoche, Arequipa. Su nombre era Luis Miguel Sánchez Cerro y depuso al presidente, quien había gobernado once años como un monarca todopoderoso.
Las circunstancias del levantamiento de Sanchez Cerro fueron muy inusuales en la historia de los golpes de estado en el Perú y, para los seguidores de este militar justiciero y de corte fascistoide, se trató de una gesta épica en los anales republicanos.

Y es que un comandante, o teniente coronel, tiene por encima de su grado jerárquico a los coroneles y a los generales, y su rango, por lo general, no le permite organizar una revolución a nivel nacional. Pero lo que le faltaba a Sánchez Cerro en apoyo logístico y en número de tropas, le sobraba en eso que ponen las gallinas. Así, este comandantito --bajito, moreno y de rasgos mochicas-- se sublevó con una mínima fracción de su regimiento, sin consultar con sus superiores, y demandó que el presidente de la República cesase en sus funciones de inmediato y que se entregase a la justicia para ser juzgado por una serie de cargos que iban desde el latrocinio pasando por el nepotismo, hasta el abuso de autoridad.

Lo que favoreció a Sánchez Cerro fueron dos hechos: el primero, que en 1930 ya funcionaba la radio a nivel nacional, y Lima se enteró en el mismo momento en que se producían las acciones en Arequipa; y el segundo, que el país estaba harto del gobierno de Leguía, que tenía prácticamente cohechados a sus generales creyendo que así se defendía de algún intento golpista.
Cuando, al conocer el levantamiento en Porongoche, el pueblo de Lima salió a las calles y las turbas atacaron el edificio del Palacio de Gobierno, Leguía se apresuró a embarcarse en el buque Grau, insignia de la Armada, para huir al extranjero. Entonces, Sanchez Cerro dio un ultimatum al comandante del Grau, amenazándolo con ordenar a la Fuerza Aérea a que bombardeara el buque si no regresaba al Callao de inmediato y entregaba al presidente. Y así se hizo. Entonces Sánchez Cerro, acompañado sólo de una guarnición de soldados y de sus portentosos cojones, voló a Lima y fue recibido como un héroe nacional, y todos los coroneles y los generales del Ejército se pusieron a sus órdenes.
Sánchez Cerro gobernó hasta 1933, año en que fue asesinado por un sicario aprista, lo cual es otra larga historia.

Probablemente lo que el amigo de Alberto, el desastrado comandante Humala, quiso hacer fue algo similar a lo que hizo Sánchez Cerro --también un comandante--, en 1930. Pero, a juzgar por el relato de los acontecimientos en Locumba, la actitud de este redivivo loquito iluminado --híbrido de serrano con bachiche (sus apellidos son Humala Tasso)-- fue algo circense, torpe y cobarde. Incluyo un fragmento:


"¡Locumba fue gran borrachera!"

"La falsa gesta de los Humala contra Fujimori.

Revelación lapidaria. Declaraciones de los oficiales involucrados en el presunto levantamiento de Locumba del 29 de octubre del 2000, encabezado por Ollanta Humala, demuestran que éste fue una farsa y que antes de la operación corrió mucho licor y hubo desorden entre el regimiento comandado por el hoy candidato presidencial.

Esto se desprende del informe No 001-2000/JMPL/TZJE (de la Segunda Zona Judicial de la Tercera Región Militar), que da cuenta de las declaraciones de los 57 encausados que fueron engañados por el teniente coronel Ollanta Humala y que huyeron en la primera oportunidad por no estar de acuerdo con la acción emprendida por el ex comandante."



Además, la ideología de ambos iluminados es –o fue-- muy distinta. Sánchez Cerro era un fanático nacionalista que enfrentó a un partido nuevo de jóvenes de clase media que le hicieron su mandato imposible y que enarbolaron la estrella marxista de las cinco puntas y adoptaron La Marsellesa como su himno, es decir una izquierda internacionalista.
El movimiento del locumbeta iluminado Humala es lo opuesto: un pseudo nacionalismo (etno-cacerismo) con el apoyo de la izquierda internacional (Chávez y compañía).
O sea, pues, hay una gran distancia entre ambos redentores populares, y lo bueno del asunto, como dice Alberto, es que gracias a su falta de carisma y de neuronas el locumbeta Humala nunca será presidente. Sólo a un burdégano tucumano se le ocurre jugar a levantarse en armas en un pueblo de nombre Locumba. ¡Como para que lo ridiculicen de por vida!

P.D.) Alberto: En la foto que nos incluyes muestras una sonrisita coquetona y de medio lado, que, de no haber aparecido tu humanidad abrazando a Gladys, bien podía haberse interpretado como que te flechó el locumbeta Humala, el mismo que posa orgulloso al medio de sus amiguitos doctores, quienes le rogaron una fotito juntos para pasar a la Historia. ¿Le pidieron su autógrafo también?


Ignacio

lunes, 2 de agosto de 2010



La amenaza de Ollanta

Una mañana fría y soleada de un Junio, bajando a la Plaza de Armas de Huamanga me llamó la atención una comparsa ruidosa vehicular que paró frente al portón del Hotel Santa Rosa. La curiosidad nos detuvo y vimos salir de una camioneta a Ollanta Humala. Primera vez que lo veía en persona y realmente su porte y comportamiento no me impresionó. Lo volvimos a ver esa noche en el patio del hotel rodeado de sus correligionarios y a sugerencia de una persona de nuestro grupo él accedió a tomarse una foto con nosotros. En el aeropuerto, de regreso a Lima lo vi solo, con mochila y esperando abordar la pequeña nave que nos llevaría de vuelta a la capital. En el avión me tocó sentarme a su lado y por una hora tuve la oportunidad de conversar con él. Obviamente es imposible conocer a alguien en tan poco tiempo pero este Humala me impresionó como un tipo insustancial y carente de magnetismo. Sus opiniones eran moderadas y bastante distantes de las que escuché en boca de los seguidores de sus otros hermanos las noches que cruzaba por la Plaza de Armas de Huamanga. Políticamente hablando, mi impresión del comandante fue la de un tipo insignificante y hasta hoy día no logro entender el porque de los sentimientos que su persona genera en el campo de la política peruana.
Creo sin embargo que el rechazo que él genera es el mejor seguro que tiene la política económica peruana de los últimos veinte años. Uno puede criticar esa política como injusta ya que el fabuloso crecimiento económico del país no ha sido uniforme ni a través de las capas sociales ni en las diferentes regiones de la nación. Pero nadie puede negar que en el Perú se vive mejor que en los años de Velasco Alvarado, el dictador que todos los Humala admiran.
Yo me aventuraría a postular que los medios de comunicación alimentan su popularidad adrede ya que saben que como contrincante político sus posibilidades de triunfo son nulas. Pobre Ollanta Humala, un puma de papel.

Alberto

AVANDIA, MEDICAMENTO ANTIDIABÉTICO AUMENTA EL RIESGO CARDIOVASCULAR

Emilio La Rosa

Un comité de expertos independientes ha recomendado el 14-07-2010, a la agencia de medicamentos de los Estados Unidos (FDA) de retirar del mercado o de reforzar las precauciones de uso del medicamento antidiabético Avandia del Laboratorio GlaxoSmithKline. La polémica se desató en 2007, cuando un estudio publicado en “The New England Journal of Medicine” afirmaba que pacientes tratados con este antidiabético tenían más riesgo cardiovascular que aquellos pacientes que empleaban otros remedios para controlar su glucosa en sangre. Luego el Public Citizen y el Senado de EEUU han solicitado la retirada de Avandia.

La respuesta del fabricante ha sido de presentar los resultados de varios ensayos clínicos que negaban dicho riesgo, los mismos que han podido revisar los miembros del comité. Sin embargo, ha habido acusaciones de falsear y esconder datos, y de que los médicos que apoyaron su producto habían recibido dinero del laboratorio. Según varios abogados, incluso ha aceptado pagar 460 millones de dólares para que una demanda firmada por centenares de ciudadanos no llegara a juicio.
Estamos frente a un caso semejante al del medicamento Vioxx (antiflamatorio no esteroideo) que fue retirado del mercado dos años mas tarde luego de que se constataron los efectos nefastos de este medicamento, provocando un cierto numero de muertes a nivel mundial a causa de sus efectos secundarios cardiovasculares. En dicha oportunidad, tambien hubo acusaciones de ocultación de resultados, millonarias demandes y ciertas dudas respecto al rol de la FDA.
En el 2004, David Graham, responsable de la oficina federal de seguridad de los medicamentos, es "virtualmente incapaz de proteger a los americanos" de los medicamentos inseguros.

Fuente de informacion: Le Monde, 14 julio 2010

domingo, 1 de agosto de 2010

LA SALUD Y EL HOMBRE COMO UN TODO

Dr. Emilio La Rosa Rodríguez


Los conceptos nos permiten pensar; pero también nos lo impiden. Ellos fijan hitos que acaparan nuestra atención, recortando de esta forma un fragmento de la realidad, el cual se le deja abandonado en una zona oscura a pesar que puede contener múltiples riquezas. Este método restringe la realidad y la riqueza de análisis, tratando de convencernos de que el recorte de la realidad es el mundo. Al final, terminamos moviéndonos dentro de esos límites como atrapados por nuestras propias redes. Así, lo conceptualizado puede ser muchas veces lo único pensado.

La conceptualización de la salud a dado origen a un paradigma tecnocrático, que divide al hombre en dos planos, uno físico y otro mental. Esta disociación dificulta mirarlo como un todo, de tal forma que cuando se desea la unidad del hombre, primero se le conceptualiza en planos separados.
Además, este paradigma tecnocratico:
· Pone en tela de juicio el criterio de adaptación, limitando la reflexión sobre la influencia que tienen para la salud las diversas formas de vida y de cultura, y sobre la posible enfermedad del todo.
· Considera la salud como algo individual, sin tener en cuenta a la familia y a la comunidad.
· Piensa que la restauración de la salud es prácticamente un monopolio de instituciones técnicas, y que su veredicto pertenece a los profesionales competentes, cerrando así la idea de un abordaje social de los problemas y de sus condiciones.
· Centra el progreso en el avance científico y técnico; y cierra de esta forma la comprensión del "ser humano enfermo", cuyos recursos mas vitales pueden ser movilizados justamente por la comunicación y la sensibilidad profunda hacia la situación limite que representa su enfermedad.
· Su afán de medir y cuantificar, lo lleva a confundir el verdadero avance con el incremento en tecnología, servicios, camas, agentes físicos y químicos; y no repara en las relaciones de intercambio y comunicación entre los agentes de la salud y sus receptores.
· Presenta las enfermedades como algo aislado que afecta a un pedazo del organismo; y no como efecto que altera una totalidad viviente.
· Revindica y defiende la standardización de las enfermedades.
· Se interesa y ataca sobre todo a los síntomas y lo hace principalmente a través de medios químicos o mecánicos; priorizando la idea de una vida aliviada por remedios omnipresentes.
· Nubla la visión y el pensamiento en relación a la crueldad y la humillación que pueden imponer los medios que utiliza, el impacto que éstos tienen sobre la persona y sus fuerzas vitales, así como del ambiente físico y social que lo rodea (la arquitectura de los hospitales, por ejemplo).
· Nos lleva a priorizar y focalizar la formación de los profesionales de la salud en los aspectos científicos y tecnológicos, dejando de lado muchas veces el estudio y la comprensión de los fenómenos psicológicos y sociales. De la misma manera, en su trabajo cotidiano, los profesionales de la salud podrán recibir apoyo técnico; pero no habrá para ellos comprensión o contención alguna; su enfrentamiento diario con la angustia, el dolor y la muerte deberán hacerlo solos, con el peligro de encontrar en el evitamiento, el bloqueo y en la negación la única salida, desde el momento en que este paradigma niega sencillamente la existencia de esos problemas.

Sin negar los éxitos de esta concepción de la salud y los progresos considerables de la medicina, este paradigma se ha visto afectado por la emergencia de nuevos conceptos que señalan que la salud depende no solamente de factores biológicos y psicológicos sino también de determinantes sociales, medioambientales, educativos y culturales. La aparición de nuevos fenómenos como la iatrogenia, la terapia intensiva y otros han debilitado también este paradigma.

La iatrogenia no es otra cosa que los efectos enfermantes de los recursos o medios concebidos originalmente para curar. Es decir el poder enfermante de los tratamientos médicos. Este concepto que permitió pensar y no pensar, a impedido un largo debate sobre este fenómeno, dando como un hecho que algunos tratamientos pueden ocasionar efectos secundarios no deseables. Desde ya se habla de efectos secundarios, es decir menos importante. Esta manera de catalogarlo, obstaculiza pensar en su importancia, calidad y necesidad. Pero si miramos bien esos efectos podríamos preguntar si la iatrogenia ¿es el producto de una concepción atomista y disociadora del hombre? ¿no es debido al hecho de atacar síntomas, tratar enfermedades, órganos, individuos, pero no hombres inmersos en sus diferentes momentos vitales y en la comunidad? ¿si no sirve sobretodo para esconder o disminuir la angustia de los profesionales de la salud, que no deben contaminarse con compromisos existenciales que obnubilen su razonamiento y pongan en peligro su competencia?

La terapia intensiva, es un avance espectacular de la medicina pero paralelamente puede ser usado contra el hombre robándole el derecho a existir con dignidad, de no vegetar, y de morir con dignidad y lucidez.

Finalmente, la vida humana como un continum es una realidad escamoteada por el paradigma tecnocratico, que impide pensar el hombre como unidad en todas las etapas de su vida.
En 1958, Spitz mostró en Inglaterra el fenómeno del hospitalismo que provocaba en los niños, internados y privados del afecto de sus madres, una especie de marasmo que terminaba en muerte, de no revertirse la situación afectiva, a pesar que tenían resueltas todas sus necesidades básicas.
En la década del 70, los expertos de la UNESCO llegaron a la conclusión que la falta de proteínas durante los primeros años de vida, retrasan el crecimiento de las estructuras del cerebro, produciendo un retardo de la inteligencia, que una vez pasado ese lapso se vuelve irreversible. Estos y otros aportes fueron decisivos para abordar la salud del niño como un concepto integrado de madurez psicofísica y de bienestar familiar, en el cual el amor juega un rol primordial.
Nos preguntamos si ¿alguna vez dejamos de necesitar afecto, comunicación, actividad creativa, contacto constructivo con el entorno físico, estímulos, inserción social? ¿O cambia solamente su ritmo, su estilo, sus momentos?

En el otro polo de la vida, la ancianidad, tercera o cuarta edad, representa un etapa evitada y negada en las sociedades desarrolladas. Ella tiene que abordarse dentro de un concepto total de la existencia humana, de la vida como un continum, de su sentido, de la interrelación entre lo físico, lo psíquico, lo social y lo medio-ambiental. El anciano muere y pierde sus potencialidades sobretodo a causa de la perdida de su rol social, del respeto de sus capacidades, de su deseo y posibilidad de convertirse en un trasmisor de la cultura en la que desarrollo su existencia, de su falta de comunicación y de afecto de las otras generaciones. Las infecciones, lesiones o traumatismos son un agregado a su sufrimiento social.
Entre esos dos polos, esta el hombre que estudia, que trabaja, que esta desempleado, que se angustia por su futuro, que sale de la universidad y tiene frente a él un porvenir sombrío o reluciente.
¿Como abordar este hombre en todas sus etapas sin comprender sus angustias existenciales y sus otras dimensiones, que forman parte de su unidad? Pero como hacerlo, sin reformular el paradigma tecnocratico de salud?
Este es el desafió del siglo XXI, que tiene necesariamente que rescatar al hombre en su integridad.

sábado, 31 de julio de 2010

EL TIO MALA UVA

El tío mala uva


El anterior artículo, “Una fiesta sin fraude”, me salió demasiado largo y dejé en el tintero algunas reflexiones concernientes a los espectadores de las corridas de toros.
Es muy cierto cuando dices, Alberto, que la gran mayoría de los asistentes a las corridas de toros son los neófitos (“turistas”, en el romaní taurófilo), que van a deleitarse con el colorido dramático de la Fiesta sin entender ni pío de lo que ocurre en la arena; o las mujeres, más interesadas en lucir sus atuendos de moda y en distinguir a sus conocidos de tendido a tendido. Hay, también, curiosos que se jactan de saber de toros y que dicen sandeces durante la lidia (por lo general vociferando), y estos mismos son quienes más critican a los toreros y les mezquinan los trofeos.
Hay, por cierto, una minoría docta de aficionados entendidos --después de muchos años de ver toros, por lo general desde la niñez-- que gozan con todos los detalles de la Fiesta, con sus rituales centenarios, desde la vista del albero al ingresar a los tendidos hasta el paseíllo y, por supuesto, con cada acción del toro y del torero durante la lidia al compás de los pasodobles, que llenan el aire de esa música taurina que hace de la Fiesta el más completo regalo sensorial que pueda haber, pues se añaden al color, a las formas de movimientos plásticos y al teatro-verdad, que es el drama de la vida y la muerte.
Pero hay otra minoría de asistentes al espectáculo, los menos deseados por el verdadero aficionado, que son los sádicos que no salen satisfechos de la corrida si no ha habido tragedia, es decir una cornada.

Aclaro. Para el aficionado de verdad la faena ideal es aquélla en la que aparece por el toril un animal poderoso, fiero y potencialmente letal, al que el torero burlará con maestría y gracia (aquí el verdadero deleite del aficionado: la técnica y la estética del toreo), y que, gracias a su bravura, se le concederá el indulto, es decir, regresará vivo a la dehesa a procrear otros toros bravos. El buen aficionado es el que más aboga ante el juez de la corrida para que se le perdone la vida a un toro. Verdad que estos toros, llamados "de bandera", son excepcionales, pero cada vez más frecuentes, pues gracias a la selección zootécnica ahora el animal tiene más bravura que antes. He ahí la artificialidad de la existencia del toro de lidia, pues la conducta habitual, natural, de todo animal es defensiva, o sea lo que en jerga taurina se denomina mansedumbre.

Volvamos a esa especie de individuos que se filtran en las plazas de toros para satisfacer sus más bajas pasiones,
Como he dicho antes, durante nuestra estadía en Barcelona, mi padre, Javier y yo, íbamos hasta cuatro veces por semana a la Monumental a ver corridas de toros y novilladas, y en cada una de esas ocasiones asistía también "el tío mala uva", que se sentaba muy cerca de nosotros en el mismo tendido. Cada vez que un picador era derribado por el toro y caía indefenso a sus pies, el sujeto este se ponía de pie, enardecido, y gritaba a todo pulmón:

-“¡Métele el cuerno por el ojo!”

O cuando resbalaba algún banderillero, el tipo vociferaba, siempre eufórico, mientras todos los demás estábamos alelados y deseándole bien al hombre a merced de la fiera:

-“¡Sácale las tripas!”

Era un hombrecito bajo y flaco, cabezón y de nariz larga y ganchuda, pálido y de gesto agrio, que no hablaba con nadie. Es decir, la viva imagen de uno de esos a quienes en España llaman gafes y que nosotros denominamos “piñas” o “salados” o “jettatores”.
Algunos vecinos nuestros en el tendido, con quienes, por fuerza de la costumbre de vernos y de compartir la misma pasión varios días a la semana, habíamos establecido una relación amistosa, cada vez que veían llegar al tipo amargado ese, siempre de terno y con un periódico en la mano (que hasta se permitía leer en plena faena de puro aburrido cuando no había un percance), murmuraban entre dientes:

-“¡Joder, ya llegó el tío mala uva! ¡Hostias, qué mala leche la de este gafe!”

Pero nunca nadie le recriminó nada, entre otras cosas porque la democracia en una plaza de toros casi como que antecede a la del ágora ateniense. Cada cual es libre de expresarse sin cortapisas, hasta los malvados.

Sí, es cierto que hay sádicos que van a los toros a resarcirse de las patadas que les da la vida y a deleitarse con las cornadas que el destino --en este caso disfrazado de toro-- propina a los otros. Pero son los menos, y no como dice Alberto, una mayoría ávida de sangre ajena.
Es más, en mi fuero interno siempre vi al “tío mala uva” como un antitaurino que iba a la plaza a hurrar por el toro.
Esto ha sido confirmado después cuando he escuchado y leído que ciertas personas se alegran las veces que el torero recibe una cornada y hasta cuando pierde la vida en el ruedo.
¿Eres tú uno de ellos, Alberto? ¿Y lo son los otros antitaurinos de tu misma laya?


Ignacio

jueves, 29 de julio de 2010

UNA FIESTA SIN FRAUDE

UNA FIESTA SIN FRAUDE



Está muy bien, Alberto, que expreses abiertamente tu posición antitaurina y hasta que celebres el inicio del ocaso de las corridas de toros en Cataluña. Llevas la voz cantante de muchos, pues los aficionados a los toros somos una minoría en vías de extinción.

Cierto que la tauromaquia es lo más reminiscente del circo romano en la civilización moderna; que es un espectáculo cruento (¡cómo negarlo!); que, como la denominas, es una pelea "asimétrica", pues se le hace un cargamontón de hombres y caballos al pobre toro, quien sólo cuenta con sus cuernos y es, después de todo, un participante involuntario (por lo menos "no consultado" para la lidia). Voy más allá: para muchos antitaurinos no puede haber arte cuando un hombre vestido con sedas y bordados brillantes a la usanza del siglo XVIII hace piruetas, que muchos encuentran afeminadas, ante un animal que, por contraste, es la figura del macho bravío y sin afeites. Luis Miguel Dominguín, un torero inteligente, sobrio y escueto --si los hubo-- un día declaró a la prensa antes de su retiro de los ruedos que por fin iba a "dejar de ir a trabajar con unas ridículas medias rosadas".

Sobran los argumentos críticos para los que ven en las corridas de toros un espectáculo anacrónico y sádico. Con razonamientos no se puede rebatir la validez de esos cuestionamientos. Pero es que el ser humano también actúa movido por el sentimiento, por la pasión, ¡por la afición!
Hay buenos ejemplos: la religión no tiene nada de racional, y el amor apasionado tampoco. Tengo amigos muy inteligentes que creen en el Dios antropomorfo y barbado de las Escrituras judeocristianas, que flota entre las estrellas husmeando en todos nuestros pensamientos, palabras y obras, y conozco a muchos que han amado hasta el delirio a unas inmerecidas almas, sin que la razón hubiera triunfado en señalarles caminos más convenientes y menos dolorosos.

Y hablando del amor, alguien dijo que "el amor más sincero es el amor por la comida". Claro que se puede subsistir, como los anacoretas, comiendo hierbas crudas y granos, pero –¡ay, el gusto!—, muchos preferimos una buena langosta por más que en su preparación se haya sumergido al crustáceo aún vivo en una olla con agua hirviente. Y los chefs más atentos aseguran que al contacto con los borbotones se pueden oír los chillidos agudos de esos mismos mariscos que al poco rato ornarán nuestra mesa y deleitarán nuestro paladar. Que yo sepa no muchos antitaurinos, fieles a su ternura por los animales, han elegido la senda vegetariana para subsistir. El toro que muere en la plaza también sirve para el yantar y, previo descuartizamiento, se convierte en filetes, verdad que algo fibrosos por la calidad muscular muy firme predominante en estos animales nacidos y criados para pelear. Si desaparece la Fiesta también desaparecerían estos bellos ejemplares de fuerza y fiereza, pues son productos artificiales, consecuencia de una zootecnia con una manipulación genética muy cuidadosa que selecciona la bravura de las vaquillas y los sementales.

Muy bien, dirás tú como antitaurino, entonces al desaparecer el toro de lidia de la faz de la Tierra ya no comeremos la carne fibrosa de esos animales-gladiadores, y te contentarás con la carne de ternera, la cual es muy blanda porque a esos cuadrúpedos se les mantiene inmóviles, encajonados por varios años, para atrofiarles los músculos y así lograr el lomo blando que te encanta.
Ni tú ni yo pensamos como toros –¡ni como vacas!— pero te prometo que de reencarnarme en mi próxima vida en un bovino, mil veces preferiría pelear por 15 ó 20 minutos en un ruedo y hasta poder despanzurrar al de las medias rosadas, tras haber vivido engreído como una niña bonita por cuatro años en la dehesa, antes que permanecer inmóvil encajonado –y encojonado— por tres años para morir anónimamente en el camal, electrocutado por el carnicero, y que me comiese algún antitaurino gourmet.

Por eso, mi amigo antitaurino, a poner en remojo tus barbas tan sensibles al sufrimiento de los toros de lidia, y a denunciar también a los polleros industriales que mantienen despiertos a estos animales con luz artificial durante la noche para engordarlos lo más pronto posible antes de que vaya a tu plato acompañado de papas fritas.
También denuncia las peleas de box –ahora que hay hasta mujeres metidas en ese negocio— por los millones de neuronas humanas destruidas en cada uppercut, y ni qué decir a los cazadores de safaris y a los que practican la pesca deportiva y que torturan a los pobres peces que ni se los comen y los disecan como trofeos.

Todos estos razonamientos obviamente que son discutibles per secula seculorum y que su aceptación o rechazo dependerá de los sesgos idiosincráticos de cada quien. Lo que no es aceptable es que unos se erijan en los árbitros de la moral, de la bondad y del buen gusto y que pretendan prevalecer sobre quienes discrepen de ellos.

De algo sí te puedo corregir con certeza, y es el llamarle “fraude” a la fiesta de los toros. Cierto que en una época se recurrió al “afeitado” (en los años 40 y 50), que era el recorte de los pitones del toro, y hasta se acusaba a los ganaderos y apoderados de golpear a los animales para debilitarlos antes de salir a la plaza, de echarles vaselina en los ojos para cegarlos, y otras patrañas. Hoy por hoy está reglamentado en todas la plazas de toros que un veterinario examine a la res antes y después de la lidia, y es virtualmente imposible recurrir a esas manipulaciones ventajistas, a menos que la mayoría de esos profesionales fuesen sobornables. Pero ni falta hace dudar, pues la integridad de los toros se ve en la plaza y, por cierto, cuando cornean hacen daño. Y, a menos que los humanos mujan con eficiencia o que los toros hablen nuestro idioma, no puede haber un entendimiento entre las partes, y el tongo que existe en el boxeo y en muchos otros deportes o espectáculos es inconcebible en la tauromaquia. No hay fraude cuando se enfrentan dos seres armados para dirimir los alcances de la fuerza bruta y la fiereza contra la inteligencia y la gracia.

Seguramente que esos catalanes separatistas, fóbicos a todo lo que suene o huela a español, no abogarán por la erradicación de todas esas otras actividades más crueles y cobardes que la tauromaquia –la pesca deportiva, por ejemplo, que se practica a mansalva (o sea “a mano segura”, sin mayor riesgo)—, y que no tendrán empacho en celebrar su victoria en una buena mesa barcelonesa servida con langosta a la Termidor y unos medallones de ternera como plato de fondo, bien rociado con el cava ancestral.

Eso de que la cornada es un error del humano lo decían los toreros pioneros de a pie (Romero, Pepe-Illo y Costillares) del siglo XVIII, y es que en su época el toreo era defensivo: mucha técnica, agilidad y sin procura de la estética. El asunto era matar a la fiera de un estoconazo luego de tres o cuatro trapazos para cuadrarla. Hoy el toreo es de brazos, y el ejecutante debe dejar los pies quietos en la arena, y, pues, la cornada puede sorprender hasta al más sabio lidiador quien jamás podrá prever que el toro se le cuele de sorpresa a mitad del pase. El toreo moderno ha devenido más plasticidad que lucha, por más que tauromaquia signifique “pelea con los toros”, que los gringos traducen literalmente: bullfighting.

Cuando les echas flores a los catalanes y asocias su disgusto por las corridas al hecho de que son “más intelectuales y sofisticados” que el resto de los españoles, estás ofendiendo la memoria de los Picasso, los Lorca y los Dalí (catalán este último), y los extranjeros Hemingway y Orson Wells, apasionados todos ellos de la Fiesta. Y cuando mencionas que tu padre era un aficionado a los toros, y unos párrafos más abajo afirmas que una gran mayoría de los asistentes a las corridas lo hacen por lograr una descarga adrenalínica y por sadismo, supongo –y espero-- que no opinas de tu progenitor como uno de ellos sino como el miembro de una minoría que podía deleitarse –que tenía el derecho a deleitarse-- con la estética de la lidia. Como creo que es el caso mío también y de otros tantos, merecidamente indignados por la vulneración de nuestra libertad.


Ignacio